Finalista del VII Concurso de Microcuentos Eólicos d'AEE (Asociación Empresarial Eólica). I que bufin els vents... Moltes gràcies!
Greco
El
pueblo se llamaba Greco y yo siempre pensé que era porque allí el viento venía
de Grecia. De mayor, me fui para no volver, pero ya nunca fui el mismo. Echaba
de menos aquellos molinos que abrazaban la tierra con sus brazos de ángel,
cubriéndola con la sombra alada de un ave rapaz. Quizás es por eso lo que
la vida me empujó tan lejos y, desde entonces, no he parado de dar tumbos; buscando, sin suerte, otra patria donde sople el gregal.
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