Relat seleccionat en la convocatòria del mes de març del XIII Concurso de Microrrelatos sobre Abogados.
Leona
Jesús Prados era mi abogado de cabecera. Un tipo excéntrico y demasiado urbano para su apellido silvestre; algo peculiar en su forma de vestir y, por encima de todo, brillante en su oficio. Me ayudó a construir mi defensa en varias ocasiones, que no fueron pocas, porque la vida me ha metido en líos muy gordos. Así que, soy pobre como una rata pero fuerte como una leona, porque es la que alimenta a toda la manada. Y casi nunca he poseído nada propio, hasta que heredé la mansión. Sin embargo, la felicidad material me duró muy poco porque cedí la vivienda al abogado como moneda de cambio para pagar sus honorarios. Al hombre que siempre iba con bermudas y un calcetín de cada color le pareció un trato demasiado divertido para ser verdad.
- Me las apañaré -le dije. Soy resiliente. Pero confío en ti.